Los ecosistemas andinos más amenazados y de alto valor biológico
Los bosques de Polylepis (Queñoa, Kewiña y Lampaya) son los ecosistemas altoandinos más impactados. Hoy solo sobreviven pequeños fragmentos de estos bosques restringidos a áreas de bajo valor agrícola. Sin embargo, estos bosques son el hábitat más importante para numerosas especies que hoy se encuentran en peligro de extinción como la Remolinera Real (Cinclodes aricomae) y el Torito Pechicenizo (Anairetes alpinus) en La Paz, y la Monterita Cochabambina (Poospiza garleppi) en algunos sitios en los Andes del centro de Bolivia (Cochabamba, Chuquisaca y Norte de Potosí).
En 1996 se estimaba que solo el 10% de los bosques de Polylepis que una vez existieron en Bolivia, aún permanecían en pie. Aunque no se ha estimado la superficie de bosques de Polylepis perdido desde entonces, no existe duda que la disminución en superficie de estos bosques continua. Esta es la misma situación para otros ecosistemas andinos como son los bosques secos en los valles secos interandinos del centro de Bolivia (Chuquisaca, Cochabamba, Potosí y Santa Cruz) que hoy también se encuentran profundamente degradados y fragmentados. Por ejemplo, la región metropolitana de Cochabamba ha desplazado completamente al bosque seco que una vez existió en este valle. Del mismo modo, los bosques en la mayor parte de los valles secos interandinos han sido reemplazados por campos agrícolas.


El trabajo de Armonía
Por más de 15 años Armonía ha invertido esfuerzos para proteger estos bosques y las especies de aves más amenazadas de extinción que dependen de estos hábitats. Llevamos adelante numerosas actividades de educación, reforestaciones e investigación, y hoy enfocamos nuestros esfuerzos para proteger los sitios más importantes para esta biodiversidad amenazada. Desde marzo 2020 estamos restaurando los bosques nativos de la vertiente sur del parque nacional Tunari. Nuestros socios en esta iniciativa son varias comunidades que tienen sus territorios dentro del parque nacional Tunari, la gobernación de Cochabamba y los gobiernos municipales de Tiquipaya, Sacaba, Quillacollo y Vinto, y el parque Nacional Tunari.
Hasta marzo de 2024 hemos plantado algo más de tres cuartos de millón de árboles nativos en la vertiente sur del parque nacional Tunari. Algo jamás alcanzado en ninguna otra región en Bolivia. Sin embargo, nuestro trabajo de restauración no se limita solo a plantar árboles. También implementamos una serie de acciones para garantizar que las áreas reforestadas, y los fragmentos de bosques nativos aun en pie, reciban una protección activa por parte de las comunidades involucradas. Para lograr esto también apoyamos el desarrollo sostenible de las comunidades involucradas. Por ejemplo, apoyamos el mejoramiento de sistemas de riego, expansión y diversificación de agroforestería (en coordinación con la Fundación Agrecol Andes), el desarrollo de capacidades locales para el desarrollo de proyectos de desarrollo sostenible y el desarrollo de un manejo sostenible de las plantaciones de árboles exóticos.
A partir del año 2022 empezamos a formar brigadas de bomberos forestales conformadas por miembros de las comunidades con las que trabajamos y adquirimos el equipo necesario para combatir incendios. Este trabajo de formación fue coordinado con la Unidad de Gestión de Riesgos del Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba y el mismo parque nacional Tunari. Estas brigadas tuvieron un rol importante combatiendo incendios forestales que se originaron en comunidades vecinas con las que aún no trabajamos. Esto muestra el compromiso de las comunidades con las que trabajamos para proteger los fragmentos de bosques y las áreas en restauración. Esto también deja en evidencia que es importante expandir nuestro proyecto a más comunidades que están a lo largo de la cordillera Tunari.
Uno de los impactos a largo plazo de nuestro proyecto es la protección de las cuencas. Hoy varias de las cuencas que bajan de la cordillera del Tunari se encuentran en un pésimo estado y son altamente vulnerables a deslizamientos que pueden tener consecuencias fatales, tal como sucedió en la cuenca Taquiña en los febreros de 2018 y 2020 en el municipio de Tiquipaya, y en febrero de 2024 en el municipio de Sacaba. El parque Tunari es un área protegida de mucha importancia para la población en el valle de Cochabamba, con algo más de 1 millón de personas, pues más del 80% del agua consumida proviene de esta cordillera. Consecuentemente, su protección es de suma importancia para evitar desastres, regular el ciclo del agua en esta región de Bolivia y asegurar el futuro de la población de Cochabamba.
Resultados
Un millón de árboles nativos plantados a lo largo de la vertiente sur del Parque Nacional Tunari, principalmente en el municipio de Tiquipaya, hacen que este programa se constituya en el programa de restauración de los bosques andinos más grande de Bolivia.


En cinco años de gestión, hemos reforestado aproximadamente un millón de plantines con más de 1000 familias.


Armonía ha construido seis reservorios de agua para reforzar los sistemas de riego y mitigar incendios.
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