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Durante tres años, el Programa Frente Roja de la Asociación Armonía ha trabajado junto a comunidades locales, autoridades y organizaciones aliadas para frenar el tráfico ilegal de la Paraba Frente Roja (Ara rubrogenys), una especie endémica de Bolivia y en peligro crítico de extinción. Las acciones que se detallan a continuación han formado parte del proyecto “Reduciendo la pobreza y el comercio ilegal utilizando la carismática Paraba Frente Roja de Bolivia”, financiado por el Gobierno Británico a través del Fondo para el Desafío del Tráfico Ilegal del Reino Unido (IWT, por sus siglas en inglés).

“Combatir el tráfico ilegal de la Paraba Frente Roja es fundamental porque representa una de las principales amenazas para la especie. Si queremos conservarla y asegurar que sus poblaciones continúen existiendo en la naturaleza es necesario enfrentar este problema. Luchar contra el tráfico ilegal no solo es lo correcto, sino también indispensable para evitar que esta especie siga en peligro de extinción”, afirmó Romeo Rojas, asistente de dirección de Programas de conservación de Asociación Armonía.

Estos diez logros reflejan el trabajo con las comunidades locales de la región del río Caine (Torotoro, Potosí). Junto a las comunidades, escuchamos sus preocupaciones y trabajamos en encontrar soluciones al conflicto entre personas y parabas.  A continuación, te presentamos los diez hitos más relevantes de este esfuerzo colectivo:

  1. Erradicación del tráfico de fauna en familias beneficiarias.

Aunque se han logrado avances, el tráfico persiste. La pérdida de su hábitat natural obliga a las parabas a alimentarse de cultivos como maíz y maní, lo que provoca que productores las capturen o maten para proteger sus cosechas. Es por eso, que trabajamos con los productores para promover un manejo amigable con la Paraba Frente Roja y fomentar economías alternativas que reduzcan el conflicto con la especie.

Las 110 familias participantes del proyecto apuestan por medios de vida sostenibles como la apicultura, la agricultura ecológica y el turismo comunitario. Estos cambios han reducido significativamente la presión sobre la Paraba Frente Roja y han fortalecido el compromiso local con su conservación. Además, 29 familias no beneficiarias se sumaron voluntariamente a las acciones, ampliando el impacto del proyecto.

2. La campaña  “Las Queremos Libres” llegó a más de 2,2 millones de personas.

La campaña fue presentada en las ciudades de Sucre, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz. Incluyó la puesta en escena de una obra de danza contemporánea que representa la vida de una Paraba Frente Roja en cautiverio, así como la presentación del libro Cautivos, de los fotógrafos naturalistas Daniel Alarcón (España) y David Grunbaum (Bolivia). Además, se difundieron mensajes de sensibilización a través de múltiples canales: spots televisivos, cuñas radiales en quechua y castellano, redes sociales, una serie de mini documentales y eventos públicos, todos con el objetivo de destacar la urgencia de conservar esta especie emblemática.

3. Creación de dos rutas de aviturismo para ver a las parabas en libertad.

 

En Julo Grande y Matanseria se crearon senderos con miradores, señalética e infraestructura turística para observar a las parabas en su hábitat natural. Asimismo, se estrenó una escultura con la figura de la paraba frente roja, emplazada en la comunidad Julo Grande. Mide 2.80 metros de largo y 1.50 metros de alto. Desde diciembre de 2023, estas rutas reciben visitantes y generan ingresos para las comunidades que antes convivían con el tráfico ilegal.

4. Se fundó la primera Asociación Apícola del departamento de Potosí.

Más de 60 apicultores de Toro Toro formaron la primera Asociación de Apicultores del departamento, apostando por una economía sostenible que protege la biodiversidad y ofrece nuevas oportunidades económicas.

5. Guardaparques capacitados y equipados para monitorear a la especie.

Los ocho guardaparques del Parque Nacional Torotoro aprendieron a registrar datos sobre la Paraba Frente Roja usando tecnología móvil (Aplicación KoboToolBox). Gracias a esto, se elaboró el primer informe de monitoreo de la especie en la zona.

6. Implementación de una agricultura ecológica y control biológico de plagas.

Ochenta familias implementaron parcelas agroforestales y control biológico de plagas, mejorando la producción sin químicos. Además, aplicaron métodos amigables para ahuyentar a las parabas sin dañarlas. Estas acciones transformaron un conflicto histórico en una convivencia respetuosa con la naturaleza, fortaleciendo la seguridad alimentaria local.

7. Más de 2000 personas formadas en educación ambiental.

Desde niños hasta adultos participaron en talleres y actividades lúdicas para entender por qué proteger a la Paraba Frente Roja es vital. Superando la meta inicial de 755 personas. Ahora, 1.858 estudiantes y 189 adultos son aliados de la conservación en sus comunidades.

8. Jóvenes líderes al frente del primer comité contra el tráfico de fauna.

Siete jóvenes de distintas comunidades, entre mujeres y hombres, conformaron el Comité de Prevención del Tráfico Ilegal en Torotoro.

9. Guías locales capacitados en aviturismo.

59 personas, entre ellas los ocho guardaparques, fueron capacitadas como guías de aviturismo. Recibieron binoculares y guías de aves para mostrar a los visitantes las parabas libres en los cielos del  río Caine.

10. Un esperanzador crecimiento del turismo comunitario.

Los ingresos del Parque Nacional Torotoro aumentaron en un 5%, gracias al impulso del aviturismo. Esta iniciativa comienza a consolidarse como una fuente sostenible de ingresos para las comunidades locales, que hoy encuentran en el turismo una nueva oportunidad de desarrollo.

Foto de portada: Daniel Alarcón y David Grunbaum

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