El aviturismo comunitario es clave para la sostenibilidad de la Reserva Comunitaria Paraba Frente Roja. Mientras ofrece una oportunidad para el turista apoyar a una causa buena, las comunidades involucradas con la Reserva se están volviendo protectores conscientes de la Paraba Frente Roja y beneficiandos de una economía diversificada y más estable, y una mejor calidad de vida. A través de las visitas turísticas en 2019, ingresaron US$7033 para mejorar la calidad de vida en las comunidades de Amaya, Perereta, y San Carlos, y también manejar el albergue.
La Reserva cuenta con un albergue con capacidad para 14 turistas observadores de aves y amantes de la naturaleza, interesados en ver uno de los sitios de anidación más importantes para la Paraba Frente Roja, ave endémica de Bolivia que se encuentra En Peligro Crítico de Extinción. Desde el año 2006, las tres comunidades manejan la Reserva a través de un Comité de Administración que prioriza las actividades de la Reserva y decide qué acciones tomar. La Reserva genera empleo para un mínimo de tres comunitarios cada vez que visita un grupo turístico, en la provisión de servicios de hospedaje, alimentación, y guiado. Además, los trabajos ocasionales de mantenimiento y mejoramiento de infraestructura dependen de la mano de obra de los comunitarios. Estos trabajos significan ingresos directos para la economía de las familias de cada trabajador. La diversidad de empleos resultantes del turismos brindan más estabilidad económica para estas familias que se dedican principalmente a la agricultura de pequeña escala.
Las ganancias del turismo se dividen en cuatro partes iguales: una parte para cada una de las tres comunidades y una para el mantenimiento del albergue y Reserva, volviendo autosostenible este emprendimiento comunitario. Cada año se realiza la entrega de los fondos generados por la actividad turística de la gestión anterior a los representantes de las comunidades que forman el Comité de Administración. Los miembros del Comité se encargan de administrar los fondos a nivel comunitario. Este año Armonía fue acompañado en la entrega de fondos por Wendy Willis, representante de American Bird Conservancy, uno de los principales donantes para el Programa de Conservación de la Paraba Frente Roja.
Los programas tentativos para utilizar los recursos generados en 2019 y correspondientes a cada comunidad son apoyar a las escuelas en las comunidades de San Carlos y Amaya, y refaccionar la iglesia en la comunidad de Perereta. En otros años, las más de 100 familias de estas comunidades han decidido invertir los fondos en proyectos de salud, educación, riego, y mejoras en los sistemas de agua.
Con esta repartida de fondos, las tres comunidades enteras se benefician del turismo, acción que concientiza a sus miembros cuidar al medio ambiente y a la Paraba Frente Roja específicamente. Antes se consideraba como plaga la Paraba Frente Roja, por lo que comía los cultivos de maíz. Era lucrativo también el tráfico ilegal de mascotas. Ahora, por las capacitaciones que han pasado y con ayuda económica de turismo, se comprometen los comunitarios a proteger la especie.
Los avances claros en la participación de las comunidades para la conservación de la Paraba Frente Roja han resultado de esfuerzos diligentes en muchos áreas, lo cual ha sido posible debido al apoyo importante de donantes como American Bird Conservancy, BioParc, Conservation Des Espèces Et Des Populations Animales (CEPA), Douglas Wilson, March Conservation Fund, the Naomi Lupka Foundation manejado por la familia Olewine, Naturefund, Newquay Zoo, the Royal Zoological Society of Scotland (RZSS), Twyncross, Vogelpark – ZGAP, y WWF Italy. En 2020, los esfuerzos para aumentar la participación y el compromiso de las comunidades seguirá, con talleres adicionales para mejorar la atención en la Reserva y involucrar de manera activa a más familias.
Hoy la conservación de la Paraba Frente Roja es una prioridad para las comunidades; con la conservación ganamos todos.