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En agosto de 2024, representantes de cinco organizaciones bolivianas —BIOTA, FAUNAGUA, PROMETA, ORE y CERAI— participaron en un taller enfocado en la implementación de seis proyectos de conservación de aves a través de la creación de Áreas Protegidas subnacionales. Estos proyectos son parte de la iniciativa Conserva Aves en Bolivia, y tienen como objetivo proteger especies amenazadas, endémicas y migratorias y sus hábitats.

Durante este evento, se discutieron temas clave como el monitoreo de avifauna, salvaguardas ambientales y la planificación financiera estratégica, lo que facilitó el intercambio de experiencias entre los participantes. Este encuentro es parte de una serie de esfuerzos iniciados en octubre de 2023, cuando se lanzó la primera convocatoria para proyectos de conservación en nuestro país, donde se aprobaron tres proyectos que cubren 305.396 hectáreas en Oruro, Beni y Potosí; mientras que en la segunda convocatoria se aprobaron tres proyectos más que abarcan 300.883 hectáreas en Potosí, Santa Cruz y Beni.

Conserva Aves es una iniciativa de conservación que busca apoyar la identificación y creación de áreas protegidas subnacionales (departamentales, municipales, indígena originario campesinas, reservas privadas de patrimonio natural, entre otras). Está liderada por American Bird Conservancy (ABC), Audubon, BirdLife International, Birds Canada y RedLAC, y con el apoyo financiero de Bezos Earth Fund. En Bolivia es ejecutada por Armonía y FUNDESNAP.

Organizaciones bolivianas seleccionadas en la primera y segunda convocatoria

Uno de los proyectos ejecutados en Bolivia es el de PROMETA, que busca establecer un corredor ecológico altoandino en el río Chilenas, Potosí, facilitando el desplazamiento de aves migratorias. “Nuestro proyecto tiene tres componentes principales: la declaratoria del Área Protegida, la gestión social a través de un Comité, y un plan estratégico financiero para garantizar los recursos futuros”, explica Freddy Chávez, técnico de Prometa. Esta iniciativa involucra a las comunidades locales y apunta a establecer un corredor entre Bolivia, Argentina y Chile, protegiendo ecosistemas claves para las aves migratorias altoandinas.

Por otro lado, la Fundación CERAI está enfocada en la creación del Área Protegida Subnacional en la Serranía de Sunsás, en el municipio de San Matías, Santa Cruz, para conservar especies locales y fortalecer la biodiversidad de la región. “Trabajamos con comunidades indígenas que dependen de los recursos hídricos de esta zona, especialmente para garantizar el suministro de agua y preservar los ecosistemas”, comenta Mauricio Morales, encargado de Proyectos de CERAI. Esta iniciativa tiene un fuerte enfoque en la participación comunitaria, pues busca beneficiar directamente a las poblaciones indígenas de la región.

ORE, por su parte, está desarrollando un proyecto para el área de Conservación Loma Santa del Territorio Indígena Multiétnico (TIM) en Beni, promoviendo la conservación de áreas clave para su fauna y flora. “Nuestro objetivo es fortalecer la capacidad de los cinco pueblos que habitan la zona para conservar los ecosistemas y sus medios de vida, que dependen directamente del bosque”, detalla Miguel Ángel Fernández, encargado del proyecto en ORE. El área, que abarca más de 198 mil hectáreas, tiene como objetivo asegurar la conservación de especies clave como la Pava Copete de Piedra (Pauxi unicornis) y otros recursos naturales vitales para la supervivencia de las comunidades locales.

Mientras que BIOTA está liderando dos importantes proyectos. El primero, en los lagos Poopó y Uru Uru, busca la declaración de un Área Protegida Departamental centrada en la conservación de aves acuáticas con énfasis en flamencos y especies migratorias. “Es crucial garantizar la sostenibilidad de estos cuerpos de agua, que son sitios Ramsar, y la supervivencia de las comunidades indígenas que dependen de ellos”, afirma Soledad Aguilar, coordinadora del proyecto. 

El segundo proyecto de BIOTA está enfocado en la conservación de la Paraba Frente Roja (Ara rubrogenys) y otras aves amenazadas en la comunidad de Cuñurani, distrito Añahuani, colindante a la jurisdicción del Parque Nacional Torotoro, en Potosí. “Nuestro principal objetivo es la creación y establecimiento de un Área Protegida autosostenible que integre el aviturismo y fomente la conservación de esta especie en Peligro Crítico de Extinción”, señala Wilder Calahuma, responsable del proyecto.

Finalmente, FAUNAGUA está trabajando en el fortalecimiento del corredor biológico y sociocultural Iténez en el municipio de Baures, Beni, buscando la conectividad ecológica y cultural entre las áreas protegidas del lado boliviano y brasileño. “Queremos aprovechar el Plan de Uso de Suelo para crear una nueva área de conservación que permita el desarrollo sostenible de las comunidades locales”, explica Miguel Cardozo, líder del proyecto. Esta área, que conectará el Parque Departamental Iténez y el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, es esencial para mantener la funcionalidad de los servicios ambientales y garantizar un manejo sostenible de los recursos naturales en la región.

Fotos: Carol Ballesteros, Armonía
Texto: Margarita Palacios, Armonía

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